sábado, 22 de diciembre de 2007

Del dolor...

Del dolor vengo saliendo,
Herida...

No se abrigaron las ventanas,
Ni se volaron las mariposas.

Vino el viento con su brisa huracanada
a tejer ternura en los pozos de mis ojos.

Y me dejo desnuda,
sin pretexto, sin palabras.

Debo dejarme morir con la lluvia,
Despertar con el sol en mis senos.

Esperar que llegue la tarde como nieve,
con un crepúsculo violeta.

Estar oculta en la prisa del dolor,
sujetando a mi alma que me explota.

Esperar, entonces,
como llegas y te vas,
como dueles y quebrantas,
como olvidas y me matas
...

martes, 18 de diciembre de 2007

confesiones de una tarde


Confieso:
A veces traigo un delantal con agujeros, unos zapatos gastados por malas pisadas, un cansancio de horas que pasan sin besarme porque se queman con mi nombre.
Visto de una soledad que escribe y condena el temor celoso de una niña, que crece y que mira en un espejo diciendo: ¿Por qué gritas ternura?, ¿Por qué gritas amor?, ¿Por qué gritas soledad?, ¿Por qué te duele tu inocencia de niña?, ¿Por qué lloras tristezas?.
Me quedo pensando, soy yo...
Entonces acudo a mi rincón secreto, con la tempestad de unos ojos débiles, unas manos quebrándose ante el frío de una habitación en penumbras, un hito de un pasado que me duele en aguacero de grietas ocultas.
¡No!
No quiero que llore,
¡No!
No la quiero secreta y frágil,
¡No!
No me quiero triste esta noche.

Necesito un respiro de una ballena verde, una pulsación de una guitarra vieja, alguien que me visite en mi locura y peine mis cabellos con ternura.
Tendré que gritar en silencio para que me escuchen o quizás deba cerrar los ojos para que nadie me vea.
No se, tal vez solo sea la borrachera de una copa de soledad brindando en mi mesa o la confesión de mi idiotizada madurez que me quema.

lunes, 26 de noviembre de 2007

¿Por qué me dejas desnuda el alma?



¿Por qué te mueres?
¿Por qué me dejas desnuda el alma?

El gemido vino del crepúsculo, el me embriago la vista e hizo de mis manos las espinas como nieve.
Y tuve que cerrar los ojos para que danzaran detenidas las lagrimas de miedo, haciendo heridas en mi venas y en mis labios sedientos de soles.

¡No te vayas!

Grite con desesperación
¿No me ves desnuda?

Cómo calmo la fiebre de mis ojos porque te mueres, porque me dejas desnuda y sola.
Si el viento es el gigante que me enviste en arena, en la brisa que es como espada un martirio, como la llave hasta el secreto de mi esencia.

¡Me verán Dios santo!

Como hago para sujetarme, para no caerme, como alcanzo la nube para reposar en su calma, como curo mi desnudes y no grito.

A veces no entiendo que me destroza por mirarte, si vivo por contemplarte, por ser tu amante, pero me llega tu ausencia, la mía y nos dormimos como noche.

Mira: Llegaran los colores a disfrutar la tarde, veremos rojos toques de nostalgias, amarillo deseo de pasión, púrpuras melancolías de mi nombre enloquecido de poesía.

¡Ay crepúsculo!

Sujetaras mi pelo en tu mano, me dormitare en tus llagas y te iras como siempre, despacio, silencioso y sin nada que decirme.

Quiero ahogarme para seguirte como ángel, dime si puedo volver mañana...

domingo, 25 de noviembre de 2007

Malos habitos de soledad


Es la necesidad de mirar la ventana, de escurrirme en medio del lago, besar la piedra húmeda.
De vez en cuando hay una nostalgia que empolva mis zapatos, una lagrima que se sujeta a los ojos y que tiene el nombre de valentía; allí no soy tan cobarde.
Extraño, amo, quizás el duelo de las distancias que me abofetea la cara, como si llegara el crepúsculo a romperme los ojos de susto, es a veces una sombra que me aprisiona el alma.
Válgame la insana tristeza, la de mi cuerpo, la de mis manos que se esconden debajo de una sabanas, así nadie la encuentre débil, ni sucia, ni pobre.
Nunca quise ser lo que soy, y lo que soy de vez en cuando me hace sentir que existe siempre una puerta para ver la luz.
Es cierto, duelen las distancias y los años; las ausencias y la compañías cálidas.
Hay de vez en cuando dos minutos para llorar y uno para rescatar sonrisas sinceras.
Necesito un pasaporte para la noche, para buscar sus suspiros de años tiernos, un bote para buscar su sal que dio a una estrella fugaz, unas alas para salvar su necesidad y su esperanza, ¡que anhelos de enamoramiento!, si se me viniesen encima como un torbellino, como el grito del amor desvistiendo toda mi ignorancia.
Pero a veces no hay nadie, ni el sol, ni la lluvia, ni el canto de trinos pintorescos, nadie que me escuche, ni te sienta. Solo hay un vació, un trago que asimila lo que escondo o lo que busco.
Así son mis malos hábitos de la soledad, un golpe de desesperación que necesita, que pide, que busca, tan solo se quede mas de dos segundo sujetando mi boca en sus labios y no vuelva a irse como una nube de sueño.


lunes, 19 de noviembre de 2007

Mi boca dormida





No hay mas silencio que mi boca dormida
como un murmullo de relámpagos de noches.

He de mirarte como te mueres Lengua
Dulce, celosa y frágil.

Es que su boca te muerde y te sueña
como el recuerdo que me hiere al escribirte.

Y estamos solas a la deriva de su saliva misteriosa,
que se acopla a mi vestido para pecarte con suave
baile de amantes que se excitan.

¡Tú!
pequeña mía que te esconde en mi boca como
un túnel de turbulencias,
que se aprisiona haciendo un nudo inquebrantable,
Un nudo celoso como la niebla, como la hierba.

Estamos solas, pequeñas y desnudas,
llevadas como el viento al Sepulcro de la noche.

Aprisionadas de miedo y dolor de horas secas,
sin su beso, sin su boca, sin su miedo.

Secas y polvorientas como el otoño de
La blanca ausencia de su rabia.

De su ira queriéndome comer,
Deseándome hasta su muerte,
odiándome hasta su vida,
con su boca y su lengua,
con mi boca y mi lengua.

No hay mas silencio que mi boca dormida
como un murmullo de relámpagos de noches.

He de mirarte como te mueres Lengua
Dulce, celosa y frágil.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Tres Pecados



Ayer peque tres veces:
Te mire, te sonreí y te llore.

La vieja noche de Noviembre
Tuvo un pretexto para volverme a condenar.

Tu recuerdo en ausencia,
La cobarde despedida de martes.

No nos dijimos nada,
Todo era el vació de lo
Que no supimos decirnos.

Y peque tres veces al decir:
Te odio, te odio, te odio.

Por tu abandono cometí pecado,
Hundí mi corazón en sal
Y la nostalgia me abofeteo la cara.

¿Porqué tu necedad de tiempo?
¿Porqué mi cobardía de miedo?

Qué hicimos de la historia
Condenándonos,
Que pecado más mortal
Nos presumimos.

Y volví a pecar tres veces al decir:
Te amo, te amo, te amo.

Por tu visita cometí pecado,
Sentencie a mi alma en tu nombre
Y la risa me ilumino la cara.

Es cierto, te dije:
Ayer peque tres veces,
Te recordé, te perdone y te ame.

sábado, 27 de octubre de 2007

Y llegaste


Oculta como la daga de dedos feroces,
así la mirada se enveneno de dolor.

Tus estaciones llenas de nieve
eran como frío de ausencias y
tempestades de hielo seco.

Tenía miedo de perder mi zapato de cristal,
quedar a la deriva en medio de un temporal,
ser rasgada por la ira indomable de viento viejo.

Yo quería soñarte vivo de sangre roja,
latitudes de baile, norte y sur ardiente.

Te quería para mi, no de otras,
ni para otras, porque allí tú me desolabas.

¡Llore!

Como lloran las hojas en otoño,
destroce tierra y aire con mis manos,
me sentía hundida en tristezas y penares.

Y llegaste;
Como el sol tibio de verano,
vestiste mi soledad con un abrazo,
diciendo: Aquí me tienes mujer, soy tuyo.

Entonces, comenzamos a caminar...

jueves, 25 de octubre de 2007

Abandonados




Dejaste en pantano mis carnes afiebradas,
Alejándote de pronto, guardando tu mirada.

No te detuvieron mis lazos, ni mis manos,
Ni mi boca de miel humedecida.

Oscureciste todo tu veneno y
Lo dejaste en copa de vidrio agigantada.

Fue el pecado de la luna que me condeno,
Sentenciándome a beber sin compasión.

Morí, entonces,
Aquella noche me mato.

Nos despedimos y nos encontramos,
Yo tan dormida y tu tan fugaz como la liebre.

Fue el amor que nos pinto la cara,
Toco la puerta y anuncio su retirada.

No dijimos nada, ocultamos todo,
Nos abandonamos y nos morimos.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Nos Debemos


Al mar le debo mis olvidos:

El peco en mi locura y embraveciendo su oleaje desnudo
capturo mi ternura de enamorada,
allí, cuando nadie daba nada por mi sombra.

Me enseño a perderme en la blancura de su espuma mortal,
como el veneno más puro que mis carnes pudieron beber.

Amable fue su caricia y me deje llevar, casi perfecta,
como la lluvia que nos acompañaba.

Nade, urdí sus heridas de cañón y permanecí en el,
tanto como su abrazo me ataba a sus olas de inmortalidad.

Celosa, entonces, fueron las gaviotas en el cielo,
Y la arena enrojeciendo su cara me miro los ojos y le tuve miedo.

Confesé, entonces:

Como no haber besado sus labios de sal,
si su roce, de delicado nombre,
fue el manantial de mis sueños amorosos,
desnudando suciedad, tristezas y agonías.

Como no haberle amado,
si la cena tuvo un crepúsculo de soles,
una caminata de años y luces vivas.

El todo me lo dio y todo me lo quito.
Me regalo su noche de luna,
me regalo su tarde y escribió mi nombre
en una estrella fugaz para que no me perdiera.

Todo me lo quito;

Porque mi amor nuca fue de el,
porque ni la ola, ni la lluvia,
ni la braza de volcán ardiendo,
nada pudo borrar al que amaba.

Es cierto,
A el le quise, a otro es al que amo.

Las luces de la tierra reclaman mi retirada.
Ya vendra el proximo Septiembre,

para soñar con encontranos y

jugar que nos amamos...

jueves, 4 de octubre de 2007

Te presentí



Te presentí, te ate
Te necesite y te devore con blusa de colores.
Tuve tempestades de enfermedad y se llamaba “Locura”,
Y tuve más miedo cuando me mire al espejo y solo era el recuerdo.

La hojas desplomada en tu celo y
la virgen mirándome desde el cielo,
¿eran pecados?
¿eran virtudes?

No lo se…

Y si tú hubiera pertenecido,
y si te hubiera atado a mi cuerpo,
y si hubiera sido tu río y la
sonrisa de edades dulces,
quizás,
tal vez,
estarías acá,
visitándome diariamente,
curando mi desventura y
mi insana locura de amante.

Es cierto…

Te presentí, te ate,
En fin, tan solo te soñé.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Noche infinita


La noche infinita de sensual deseo
viene como despojándome la ladera,
y sigo pintando frutas y flores en mí seno,
porque no busco ni un pretexto, ni una luna,
pues traigo silencios y tempestades de
cabellos y cuerpo débil.

¡Es que le mintieron las voces emborrachadas
de lunas y estrellas rotas!

No le dijeron, entonces, que lo buscaba
ordeñando vacas y limpiando campos de aceros.

Estaba estancada,
escondida bajo viejas faldas y
telarañas de edades acobardadas.

La noche infinita de sensual deseo
viene como despojándome la ladera,
Y en su cúspide viene el secreto de oscuridad
lamiendo venas y capas de tiempo extasiado.

No le dijeron, entonces,
Que mi ombligo era una puerta secreta y
que debajo había un volcán ahechando
Toros y deseos de primavera.

No le dijeron, también,
Que le deseaba,
que le esperaba,
que la noche era febril embelleciendo
mi cuerpo desgastado,
que no había pretexto para que me vistiera
con balas de ausencia,
haciéndola así una noche infinita.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Entre puertas...

Camino y no se donde irán a parar mis pies, ni mi cabeza de ingratitudes.
Llego a tu puerta quedándome inmóvil con tantas cosas que decirte.
Traigo conmigo un par de cafés por si quieres acompañarme.
Y solo me quedo afuera, como esperando algo.
Pareciera que existiese una barrera que no permitiera traspasarla, me quedo quieta ante el frió y quiero absorberle el sabor a madera o tal vez a lunas, ah que se yo, pero ella empieza a llorar conmigo.
Vengo con el pretexto de comentarte que vi la película que me recomendaste, que tal vez quiera otro titulo que de entusiasmo a mis ojos apagados o tal vez que quisiera que me acompañaras porque el verla sola es triste.
Tal vez me de por hablarte de que hoy no hay estrellas y las hojas saben a mar porque mis ojos saben a sal.
Decirte que ando en días rojos y mi debilidad de Eva viene con bandera mensual.
Que el viento ha hecho una melodía de puñales y estoy harta de mirar ventanas.
Que detrás de tu puerta deje mi sombra pesada y me siento tan volátil que si no me abrazas no tendré fuerza de mirarte.
Voy haciendo una pintura de dedos entumecidos, un mapa hacia mi soledad prendida, un beso de faroles adormecidos y telarañas en los rincones de las bisagras.
Me siento derrotada por las ausencias, por la extraña soledad de su huida.
Hoy es noche sin pretexto para sonreír, solo de caminata y puertas.
No...
No puedo golpear y hacer como si no pasara nada y dejarte el equipaje que visto, porque de vez en cuando la noche oscura se posa en mi cuerpo.
No puedo dejarte lagrimas en tu camisa, decirte que solo pasaba por acá y que solo traigo debilidad.
Pero si puedo dejar una nota “solo necesesitaba de un amigo que me abrazara...”
Ahora los café se han enfriado, mis pasos retroceden y marcho, porque mi fin es navegar en los mares de los cielos de Dragones.
Que tengas buenas noches, gracias por haber estado, aún cuando no lo supiste...


viernes, 14 de septiembre de 2007

La pequeñez



La pequeñez de la luna me hace sentir gigante.

Tal vez mis ojos claros y mi ternura entregada me hace soñar.

Y tengo los zapatos urdiendo tierra, echando risas de amaneceres,

quiero correr y bailar entre flores y girasoles amarillos.

Quiero caer de un sueño,

sonreír con loca pasión,

hacer el cielo la más bella eternidad.

Oler como el perfume se deleita con mi cuerpo

y la desnudes de mi botón es celoso porque un

arbusto se entromete en su camino.

Un sol besando mi cara,

una nube misteriosa de quehaceres

con sabor de vino añejo.

Quiero dormir... me acompañas...

Ven a soñar conmigo, ven...

miércoles, 15 de agosto de 2007

Un minuto

La soledad golpea con zumbido de guerra y
una ventana es la perdición de la mirada.
Hay pecado en mis ojos,
unas manos queriendo corromper tiempos y
una boca deseosa de besos.
Y no me basta un café a media tarde,
ni las pisadas que busque en la arena de tu recuerdo,
porque tengo un minuto que no dejo de pensarte.
Aún no se que locura se invento en mi cuerpo,
quiero la brisa en mi cara,
un cigarrillo a medio terminar y
una carta después de las tres.
Acaso es mucho pedir...
¿Entonces que hago?
quedo perdida en miradas, abismo de ventanas.
O sigo pensando que ese minuto no me basto porque sigo pensándote.

viernes, 3 de agosto de 2007

Pregunto





Habrá caricia pregunto;

Tendremos dos pasos de frente,
Una longitud de besos,
Mi boca dormida,
Las calles, la tierra, mis manos,
Ola de mar en cuerpo,
Arena de sueños tibios.

Es mi búsqueda tú mano celosa,
Mi soledad andando de prisa,
Mi noche misteriosa,
Mi sangre enlodando vestido y cama.

¡Ay negrura de tiempo!

Oscuras selva de raíces vírgenes,
Allí boca y deseos de edad,
Volcán de ira y de fiebre roja.

Habrá caricia pregunto,
Con mi voz demente,
Mi causa perdida,
Tu ausencia presente.

¡Misericordia!

Quiero tu rocé,
Quiero tu noche...

domingo, 22 de julio de 2007

Siento que te pertenezco

Siento que te pertenezco,
que puedo gritar tu nombre en el silencio y
hacer mi sudor la hoja en donde escribiré tu carta.

Decirte que la noche comienza
con dos copas y dos miradas,
que subsiste una caricia en botones y
una abertura a mi intimidad.

Que tengo frió de vez en cuando,
que tiemblo en despedida,
Allí cuando la desnudes me asalta
Cuando hay soledad.

Siento que te pertenezco,
que tengo una huella de ojos,
una sombra de sabiduría,
una caricia de dedos urdidos en rincones y
una entonación de jazmines de debilidad.

Decirte que la noche permanece
con mi vela y la lluvia de Noviembre,
que persiste mi batalla y mis temores
desatando amores y sentires.

Que tengo frió porque no estas,
que la despedida es un puñal
cuando arropada me atraganta
la noche solitaria como espada.

Siento que te pertenezco,
hundida en recuerdos y soledades,
en el último trago de vino y
una copa rota a punto de caer.
Allí siento que te pertenezco...


miércoles, 11 de julio de 2007

Si tuviéramos Tiempo

Si tuviéramos tiempo de mirar el ocaso de nuestras arrugas,
De mirar como el pelo se tiñe de tempestades,
De ver como la hoja del otoño se viste de primavera,
De detener un beso en un segundo,
De abrazar como corona el amor,
La simpleza se vestirá de reina en el salón.


Si tuviéramos tiempo de mirar la huella del pasado,
De ver la luz en la ventana de los sueños,
De saborear lo salado de la luna,
De Visitar las grieta de nuestros miedos,
Observar el vuelo de ilusiones al pasar,
Un instante nos parecería invaluable.


Si tuviéramos tiempos de cerrar los ojos,
De cultivar una nota en el piano de nuestra edad,
De ser loca ola de mar en intimidad,
El amor nos abrigaría con ternura,
Dejándonos el calor de una noche secreta.


Si tuviéramos tiempo, el tiempo no importaría,
Porque solo nos faltaría soñar...

sábado, 7 de julio de 2007

Hay un Océano esperandome





Hay lluvia,
Hay un océano esperándome,
Es inquieto,
Sabroso de olas sexuales,
Placentero de ira, de rabia, de celo.

Hay lluvia,
Hay un océano esperándome,
Es calido y frío a la vez,
Es verdoso como sal saliendo de sus ojos,
Mirándome, me detiene,
La lluvia nos bautiza,
La arena nos maldice.

Hay lluvia,
Hay un océano esperándome,
Yo corro, yo grito,
Con eco de una amante desesperada,
Quiero embriagarme de su sabia marina,
Quiero bañarme en sus sales de amor dorado.
Quiero ser luna y sol,
Reflejo de viento y aire,
Todo quiero ser en sus aguas.

Hay lluvia,
Hay un océano esperándome,
Hay un velo que nos separa,
La niebla espesa de piratas fantasmas,
La tormenta desenfrenada cubierta de espinas,
Nos separa el abismo de mis traiciones,
La huella del recuerdo que me quema.

Hay lluvia,
Hay un océano que me espera,
Hay un sueño que me despierta,
Todo calla, su voz es suave y opaca,
Fría, dulce, irritada, compungida,
Allí es donde le doy un beso,
Allí es donde me despido,
Hay otro a quien le pertenezco.

Como se puede....

Como se puede entender el silencio,
La búsqueda interrumpida hacia tu nombre,
Nada es dúctil,
Es rasgado de hilos sueltos,
Mimados por la rebeldía de una tiranía
Nadie sabe mejor
Que cosa calla en mis labios,
Muere la lengua,Maldita la risa,
Bella la niebla,
Mirada de niña,
Cautiva en cuerpo de mujer dormida...

sábado, 30 de junio de 2007

Una tarde de viaje






Camino,
voy solitaria,
tengo un poco de nostalgia,
que se va convirtiendo en las gotas
que adornan mis zapatos.

Voy arrastrando mi torpe cuerpo,
como si caminara en nubes aterciopeladas,
mirando como el paisaje se destruye con mi paso;
como trémulamente me voy cayendo.

Desciende de mi,
la noche triste,
que me espera
con la sazón de hierbas,
que hablaran del olvido.

¡El olvido de todos,
maldita sea!

Entonces que hago ahogándome,
con la risa de santa soberana,
desafiando muertos.

Me queda el consuelo de
que caminare toda el día,
escapando
huyendo,
como doncella traicionada,
como cobarde sin corona,
buscando la mano de mi destino.
buscando quien me mire.

¡Entonces que hago llorando!

¿Quién me levantara?

Voy destruyendo los lagos que me ahogan,
callando,
silenciando mi presente
como enmarañada de frialdad,
padeciendo de fiebre inventada.

Estoy de vuelta en el principio,
o en el final,
válgame la rara conciencia,
la enferma locura,
que comenzó mi viaje
en esta tarde de azar.


Carol Suárez Azócar 04/10/2004

domingo, 24 de junio de 2007

Aqui me tienes detenida




Y aqui me tienes detenida

Y aquí me tienes detenida,
como un gota de uva fresca,
besando el alba de los valles,
sintiéndome libre y atada a tu nombre,
triste y sola si me olvidas.

Y aquí me tienes detenida,
Como una gota de uva dulce,
Deshaciéndose en la nieve del silencio,
Mojándose en la fiebre de mis venas,
Espiándote y llamándote desde lejos.

Y aquí me tienes detenida,
Como una gota de uva nueva,
Vestida con la elegancia de los mares,
Adornadas por las hojas del otoño,
Tierna de mirada,
Loca de sentimientos.

Y aquí me tienes detenida,
Como una gota de uva roja,
Quemándose sin tu beso,
Desesperada sin tu abrazo,
Celosa de tu ropa.

Y aquí me tienes detenida…

domingo, 17 de junio de 2007

A veces...


A veces trato de dar conmigo, la vieja sombra del árbol es como una neblina espesa.
Y me encuentro húmeda de tristeza, hay un cansancio, una dificultad para mirar el cielo, pues la nube viene cargada de lluvia y mi boca tiene sed.
Y no hay nada, un vacío, una larga franja de tierra disuelta por el pasto, un lodo pantanoso, allí las horas son interminables de celo.
Recorro calles, interpretando los miles de sueños que me habitan, soy una figura disuelta en el segundero, soy una vagabunda que se busca para dar consigo.

...tengo miedo de abrir los ojos,
perderme en la ausencia de una nube,
olvidarme de la lluvia,
hablar por hablar y no decir nada...

sábado, 17 de febrero de 2007

La Noche

... la noche ha pintado nuestras horas cubriendola con pequeñas estrellas, hace un tanto de frío y las hojas de los árboles traen ciertos susurro de noche blanca entre mis manos.
Derrepente la poesía se escapa en el jubilo de mi alma, a veces tan solo huye con la espina de una rosa que muere en algún lugar de la existencia.
He pasado varias veces por lugares por los cuales comunmente transito, pero no son iguales, las hojas de lo árboles reflejan un pareccer y una meditación soñadora cada día, esos paseos por calles tan llenas de vida y vivencias me llevan o me internan a profundos reflexionares, creo que esas son mis mejores horas, ya que por instantes me siento un tanto diferente al resto, o marco mi diferencia; sin embargo se que queda muchas cosas por vivir y consolidar.
A veces los pajaros parecieran jugar conmigo, a veces me encanta ese olor fresco de un jardin recien regado, trae el sueño de lo que vendra...