jueves, 24 de enero de 2008

No puedo...


No puedo mentirte, ni puedo dejar de escuchar el latido acelerado de un tren viajando a las estrellas.

No puedo dejar de escuchar el lamento de venas, de sangre, de liquido directo a la pupila de mis ojos.

No puedo dejar de gritar, porque mi voz callada quizás te alcance en la otra esquina de la calle.

No puedo sostener a mi corazón moribundo, dando golpes y golpes en las paredes de mi pecho.

No puedo ser la brújula perfecta, para traerte del norte al sur de la estatura de mi sombra.

No puedo dejarme caer, porque si vienes quiero estar presente cuando me mires.

No puedo esconderme de un soplido de Enero, una botella vacía, una herida en la mejilla.

No puedo enloquecer, dejando solo letras, si mi cuerpo es como un volcán a punto de estallar.

No puedo llorar, tal vez porque si lloro, no vendrá la Luna a contarme los secretos de tu noche.
No puedo olvidar, que si no estas me vuelvo triste y la nube se convierte en un sombrero.
No puedo...

domingo, 6 de enero de 2008

Cansancio...


Hoy quiero tocar un piano como loca, cerrar los ojos y no tener miedo.
Quiero crecer dos centímetros y mirar lo que a veces no puedo ver.
Tal vez lanzarme de un octavo piso, creer que puedo volar antes de caerme, sentir que la música puede envolverme, rescatarme del agujero en el pupitre vacío de mi corazón.
Pero llega el cansancio como una espada, algo que no puedo sacarme de la costilla, un grito desesperado de los siglos en que no siento nada. Una hiriente sed devorándome.
Me pregunto mientras no puedo dormir, ¿La sed de que? Por qué temo morirme sin sal, por qué temo mirarme al espejo.
¡Odio al cansancio!
Lo odio...
al vacío que me deja, a lo que me quita, tan solo quisiera dormir, por qué no me deja soñar.Por qué no puedo soñar...