sábado, 27 de octubre de 2007

Y llegaste


Oculta como la daga de dedos feroces,
así la mirada se enveneno de dolor.

Tus estaciones llenas de nieve
eran como frío de ausencias y
tempestades de hielo seco.

Tenía miedo de perder mi zapato de cristal,
quedar a la deriva en medio de un temporal,
ser rasgada por la ira indomable de viento viejo.

Yo quería soñarte vivo de sangre roja,
latitudes de baile, norte y sur ardiente.

Te quería para mi, no de otras,
ni para otras, porque allí tú me desolabas.

¡Llore!

Como lloran las hojas en otoño,
destroce tierra y aire con mis manos,
me sentía hundida en tristezas y penares.

Y llegaste;
Como el sol tibio de verano,
vestiste mi soledad con un abrazo,
diciendo: Aquí me tienes mujer, soy tuyo.

Entonces, comenzamos a caminar...

jueves, 25 de octubre de 2007

Abandonados




Dejaste en pantano mis carnes afiebradas,
Alejándote de pronto, guardando tu mirada.

No te detuvieron mis lazos, ni mis manos,
Ni mi boca de miel humedecida.

Oscureciste todo tu veneno y
Lo dejaste en copa de vidrio agigantada.

Fue el pecado de la luna que me condeno,
Sentenciándome a beber sin compasión.

Morí, entonces,
Aquella noche me mato.

Nos despedimos y nos encontramos,
Yo tan dormida y tu tan fugaz como la liebre.

Fue el amor que nos pinto la cara,
Toco la puerta y anuncio su retirada.

No dijimos nada, ocultamos todo,
Nos abandonamos y nos morimos.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Nos Debemos


Al mar le debo mis olvidos:

El peco en mi locura y embraveciendo su oleaje desnudo
capturo mi ternura de enamorada,
allí, cuando nadie daba nada por mi sombra.

Me enseño a perderme en la blancura de su espuma mortal,
como el veneno más puro que mis carnes pudieron beber.

Amable fue su caricia y me deje llevar, casi perfecta,
como la lluvia que nos acompañaba.

Nade, urdí sus heridas de cañón y permanecí en el,
tanto como su abrazo me ataba a sus olas de inmortalidad.

Celosa, entonces, fueron las gaviotas en el cielo,
Y la arena enrojeciendo su cara me miro los ojos y le tuve miedo.

Confesé, entonces:

Como no haber besado sus labios de sal,
si su roce, de delicado nombre,
fue el manantial de mis sueños amorosos,
desnudando suciedad, tristezas y agonías.

Como no haberle amado,
si la cena tuvo un crepúsculo de soles,
una caminata de años y luces vivas.

El todo me lo dio y todo me lo quito.
Me regalo su noche de luna,
me regalo su tarde y escribió mi nombre
en una estrella fugaz para que no me perdiera.

Todo me lo quito;

Porque mi amor nuca fue de el,
porque ni la ola, ni la lluvia,
ni la braza de volcán ardiendo,
nada pudo borrar al que amaba.

Es cierto,
A el le quise, a otro es al que amo.

Las luces de la tierra reclaman mi retirada.
Ya vendra el proximo Septiembre,

para soñar con encontranos y

jugar que nos amamos...

jueves, 4 de octubre de 2007

Te presentí



Te presentí, te ate
Te necesite y te devore con blusa de colores.
Tuve tempestades de enfermedad y se llamaba “Locura”,
Y tuve más miedo cuando me mire al espejo y solo era el recuerdo.

La hojas desplomada en tu celo y
la virgen mirándome desde el cielo,
¿eran pecados?
¿eran virtudes?

No lo se…

Y si tú hubiera pertenecido,
y si te hubiera atado a mi cuerpo,
y si hubiera sido tu río y la
sonrisa de edades dulces,
quizás,
tal vez,
estarías acá,
visitándome diariamente,
curando mi desventura y
mi insana locura de amante.

Es cierto…

Te presentí, te ate,
En fin, tan solo te soñé.