sábado, 29 de septiembre de 2007

Noche infinita


La noche infinita de sensual deseo
viene como despojándome la ladera,
y sigo pintando frutas y flores en mí seno,
porque no busco ni un pretexto, ni una luna,
pues traigo silencios y tempestades de
cabellos y cuerpo débil.

¡Es que le mintieron las voces emborrachadas
de lunas y estrellas rotas!

No le dijeron, entonces, que lo buscaba
ordeñando vacas y limpiando campos de aceros.

Estaba estancada,
escondida bajo viejas faldas y
telarañas de edades acobardadas.

La noche infinita de sensual deseo
viene como despojándome la ladera,
Y en su cúspide viene el secreto de oscuridad
lamiendo venas y capas de tiempo extasiado.

No le dijeron, entonces,
Que mi ombligo era una puerta secreta y
que debajo había un volcán ahechando
Toros y deseos de primavera.

No le dijeron, también,
Que le deseaba,
que le esperaba,
que la noche era febril embelleciendo
mi cuerpo desgastado,
que no había pretexto para que me vistiera
con balas de ausencia,
haciéndola así una noche infinita.

2 comentarios:

Sol dijo...

'Que mi ombligo era una puerta secreta y
que debajo había un volcán ahechando'

Un volcán. Siempre esa imagen se queda conmigo después de leer la palabra, un volcán...

Lindo.

Beso.

Mariposa dijo...

wow del texto... uff qué te digo?
me dejaste impresionada con esa misma parte que le gusto a Sol
...
dejo besos al mar.